Trabajar donde quieras y vivir mejor: los beneficios del trabajo ágil
Smart working entre flexibilidad y productividad: los beneficios para trabajadores, empresas y medio ambiente. El ejemplo de Mashfrog.

En los últimos años, el trabajo ágil ha pasado de ser una prueba limitada en algunas empresas innovadoras a convertirse en una solución extendida en todo el mundo. El concepto de smart working no se limita simplemente al trabajo remoto, sino que representa una transformación profunda en la forma de trabajar, basada en la flexibilidad, el uso de herramientas digitales y la valorización de las competencias individuales.
La evolución del trabajo ágil se aceleró con la pandemia, que obligó a muchas empresas a adoptarlo como una necesidad para garantizar la continuidad operativa. Sin embargo, tras superar la emergencia, muchas organizaciones han decidido integrar el smart working en sus estrategias empresariales, reconociendo los numerosos beneficios que esta modalidad puede ofrecer a largo plazo.
Veamos en detalle las ventajas que el trabajo ágil aporta a trabajadores, empresas y medio ambiente, y cómo Mashfrog ha convertido el smart working en un modelo de éxito.
Beneficios para los trabajadores: más autonomía y bienestar
Uno de los aspectos más valorados del smart working es la posibilidad de conciliar mejor el tiempo libre con los compromisos profesionales. Al reducir o eliminar los desplazamientos diarios a la oficina, los trabajadores ganan horas valiosas que pueden dedicar a la familia, el cuidado personal y los hobbies. Esto contribuye a reducir los niveles de estrés y a mejorar el bienestar psicofísico, con efectos positivos en la motivación y la productividad.
Además de mejorar el equilibrio entre la vida personal y laboral, el trabajo ágil permite a los empleados organizar sus actividades de manera más flexible, fomentando la responsabilidad individual. Trabajar en un entorno más familiar y confortable, con horarios adaptables a sus necesidades, aumenta la sensación de control sobre su jornada, reduciendo la ansiedad y mejorando la calidad del trabajo.
Asimismo, el smart working también aporta ventajas en términos de inclusión. Para los trabajadores con discapacidades o necesidades específicas, la posibilidad de trabajar desde casa representa una oportunidad real para acceder al empleo sin las barreras físicas de la oficina. Lo mismo ocurre con los padres, quienes pueden gestionar más fácilmente el cuidado de sus hijos sin tener que renunciar a sus carreras.
Otro aspecto clave es la reducción del ausentismo. Gracias a la mayor flexibilidad y a la posibilidad de trabajar de forma remota incluso en caso de molestias leves, se evita que los empleados tengan que pedir días de permiso innecesarios, lo que impacta positivamente en la productividad empresarial.
Beneficios para las empresas: productividad y reducción de costos
Las empresas que adoptan el smart working suelen experimentar un aumento en la productividad. Contrario a lo que se podría pensar, el trabajo remoto no reduce la eficiencia, sino que la mejora: menos distracciones, una mayor autonomía en la gestión de tareas y un entorno laboral personalizado permiten a los empleados concentrarse mejor en sus objetivos.
Otro beneficio significativo es la reducción de costos operativos. Mantener oficinas tradicionales implica gastos elevados en alquileres, servicios, limpieza y mantenimiento. Con la adopción del trabajo ágil, muchas empresas han podido reducir sus espacios físicos, optando por soluciones como el co-working o el desk sharing, que ayudan a optimizar los recursos disponibles.
Además, el trabajo flexible permite a las empresas atraer y retener talento. Cada vez más profesionales evalúan las ofertas laborales no solo en función del salario, sino también de las políticas de smart working de la empresa. Las organizaciones que ofrecen mayor libertad en la gestión del trabajo tienen una ventaja competitiva, ya que reducen la rotación de empleados, mejoran la satisfacción del personal y refuerzan su imagen como empleadores atractivos.
Beneficios para el medio ambiente: un impacto positivo en el planeta
El smart working no solo beneficia a los trabajadores y empresas, sino también al medio ambiente. La reducción de los desplazamientos casa-trabajo contribuye significativamente a la disminución de las emisiones de CO₂, reduciendo el tráfico urbano y mejorando la calidad del aire. Un estudio de ENEA estimó que el trabajo remoto permite evitar la emisión de aproximadamente 600 kilogramos de CO₂ por trabajador al año, lo que representa una reducción del 40%.
Menos desplazamientos también significan menos estrés para los trabajadores, quienes ya no tienen que pasar largas horas en el tráfico o en transportes públicos abarrotados. Esto tiene un impacto positivo en la salud mental y física de la población, generando beneficios incluso para el sistema de salud.
Desde una perspectiva energética, las empresas que adoptan el smart working reducen el consumo de electricidad, agua y calefacción en sus oficinas, contribuyendo a la sostenibilidad ambiental. Algunas compañías ya están invirtiendo en tecnologías ecológicas para hacer que el trabajo remoto sea aún más sostenible, adoptando soluciones de cloud computing y servidores de bajo impacto energético.
El smart working en Mashfrog: un modelo consolidado
Mashfrog Group integró el smart working como parte esencial de su organización incluso antes de la pandemia. El proyecto, iniciado en 2019, nació con el objetivo de ofrecer a sus empleados un modelo de trabajo más flexible, capaz de mejorar el bienestar corporativo y optimizar la eficiencia operativa.
Durante el lockdown, la empresa fortaleció el trabajo ágil, experimentando con nuevas formas de colaboración remota y consolidando su cultura digital. Hoy en día, el smart working en Mashfrog no es solo una opción, sino una práctica estructurada que permite a los empleados equilibrar mejor sus compromisos personales y profesionales, garantizando al mismo tiempo altos estándares de productividad.
Según Giulia Vitetta, Chief People Organization & Procurement Officer de Mashfrog, entrevistada por Digital 360, el futuro del smart working estará cada vez más enfocado en la personalización del trabajo y en la formación continua. Mashfrog ya ha adoptado esta visión, invirtiendo en herramientas digitales avanzadas y en programas de actualización para sus empleados.
La experiencia de Mashfrog demuestra que el trabajo ágil no es solo una tendencia pasajera, sino un modelo sostenible, capaz de aportar beneficios reales a trabajadores, empresas y al medio ambiente.