Los VISUONI de Riccardo, diseñador de sonido, compositor (y mucho más)
Riccardo, un pilar de la Audio Visual Factory de la BU Content & Creative Solutions de Mashfrog, nos cuenta sobre su carrera a través de la música, el video, el teatro, el periodismo… y los podcasts.
Riccardo Cocozza es una figura clave en el equipo creativo de Mashfrog. Hoy, gestiona las principales producciones audiovisuales de la BU Content & Creative Solutions, participando también en la fase de preproducción y coordinando los recursos asignados a los proyectos. Ha construido su carrera entrelazando su pasión por la música y la narración sonora con el mundo audiovisual. Fuera de Mashfrog, participa en muchos proyectos personales, todos ellos unidos por su profundo vínculo con el sonido como medio de expresión.
¿A qué te dedicas en Mashfrog?
Empecé como gestor de sonido, encargándome de toda la parte de audio de los productos audiovisuales que producimos. Con el tiempo, mi rol ha evolucionado, y hoy también soy responsable de algunas producciones y apoyo la coordinación del área de audio y video. Parte de mi trabajo se realiza en la fase de preproducción: planifico los procesos, defino los tiempos y los métodos de trabajo, y contribuyo a la formación del equipo en estrecha colaboración con Davide Lemma, Head of Area Audio Visual Factory. Es un rol mucho más amplio que cuando comencé, que me permite tener una visión completa de todo el proceso de producción y ocuparme no solo de la parte creativa, sino también de la organizativa y estratégica.
¿Cuál es tu formación?
Asistí al liceo clásico, donde adquirí una sólida base cultural. Mi sueño era ser periodista, pero por diversas circunstancias tuve que dejar la universidad y empezar a trabajar. ¿Por qué me dedico al sonido? ¡Porque quería ser una estrella de rock! Bromas aparte, la pasión por la música ha sido el hilo conductor de mi vida. Con el tiempo, me trasladé profesionalmente del mundo de la música (que nunca abandoné) al mundo audiovisual, y me enamoré perdidamente de él. Estudié en el Saint Louis College of Music de Roma, en un curso de formación para ser técnico de sonido, tras el cual me convertí en mezclador y diseñador de sonido y empecé a trabajar en varias producciones.
¿En qué otros proyectos trabajas fuera de Mashfrog?
Fuera de mi trabajo en Mashfrog, participo en muchos proyectos diferentes. En primer lugar, continúo dedicándome a mi gran pasión: la música. Toco en una banda que fundé cuando era adolescente, que nunca ha dejado de trabajar. En el pasado, formé parte de una compañía de teatro experimental con la que llevamos varios espectáculos por toda Europa. Más recientemente, me he apasionado por la creación de bandas sonoras y diseño de sonido para largometrajes y cortometrajes, dos áreas generalmente separadas, pero que me gusta fusionar, convirtiendo los ruidos en sonidos y notas musicales. Luego está el mundo de los podcasts: colaboro con periodistas de investigación para producir contenido que mezcla narrativa y audio, y he tenido el placer de escribir y producir varios podcasts. Uno de ellos es Nieto 133, el primero que firmo no solo como diseñador de sonido y técnico de sonido, sino también como autor. Un proyecto que ha representado una unión de mis tres pasiones: el periodismo, la música y el sonido.
¿Qué te atrae del sonido frente al video?
El sonido tiene un poder de sugestión mucho más fuerte que la imagen. Cuando miras una imagen, tu cerebro tiende a reconocer lo que ves de manera objetiva: si ves un árbol, sabes que es un árbol. En cambio, con el sonido la experiencia es mucho más subjetiva: si escuchas un sonido relacionado con un árbol, es posible que no lo reconozcas de inmediato, y tu cerebro lo interpretará en función de tu experiencia personal, incluso inconsciente. Esto convierte al sonido en un medio increíblemente evocador, capaz de crear sensaciones muy profundas e íntimas. Me gusta decir que el sonido tiene una conexión más directa con las emociones que las imágenes: puede transmitir estados de ánimo, sensaciones y evocaciones que son difíciles de lograr solo con video. Esto es lo que traté de explicar con VISUONI – We need sounds for a video, una serie de clips creados para mostrar mi trabajo, cuya primera entrega puede verse aquí:
¿Cuál es tu relación con la Inteligencia Artificial?
Tengo una relación de amor-odio con ella. Por un lado, la considero un avance tecnológico fascinante y muy útil para acelerar la realización de ciertas tareas. Por otro lado, me preocupa el riesgo de aplanamiento creativo. Una de las cosas que me gusta del sonido es precisamente su componente artesanal, que da una gran libertad de acción a quienes trabajan con él. Con la inteligencia artificial temo que el público pueda acostumbrarse a productos carentes de originalidad y todos iguales entre sí. Espero, por lo tanto, que la IA siga siendo solo una herramienta de trabajo a utilizar con sentido de responsabilidad, y que quede espacio para el error humano, que a menudo es el punto de partida para crear algo verdaderamente único y memorable.
Finalmente, ¿qué disfrutas de tu trabajo en Mashfrog?
Definitivamente la posibilidad de experimentar. Cada proyecto es diferente y me permite usar la creatividad de maneras siempre nuevas. A menudo me encuentro inventando soluciones de audio a pedido de los clientes, y este aspecto de resolución creativa de problemas me estimula mucho. Otro aspecto que adoro de la producción es la oportunidad de conocer a muchas personas y descubrir su lado más humano. Además, mi trabajo me lleva a viajar mucho y a conocer lugares que de otro modo nunca habría conocido. Como cuando fui a África para el proyecto Demopatia, una aplicación-documental sobre el valor de la democracia, realizado en colaboración con ZeroCalcare. O cuando escalé hasta los 2.200 metros con nieve profunda junto a Maurizio Zanolla (conocido como Manolo). Todas estas experiencias (¡a veces verdaderas aventuras!) me enriquecen a nivel personal y son una fuente continua de inspiración para nuevos proyectos.